Servindi, 5 de julio, 2021.- Compartimos la edición 178 de la publicación mensual de Lucha Indígena, correspondiente a julio de 2021 con 32 páginas a color, con una variedad de artículos que analiza con mirada crítica el acontecer internacional.
La revista política fundada por el legendario luchador don Hugo Blanco Galdós contiene una crónica de este personaje en el Cusco, y analiza los dilemas que enfrenta el candidato electo Pedro Castilo.
Manuel Rozental esboza el contexto que atraviesa Colombia y hay otras notas sobre el despojo del agua en Puebla, Mèxico, la quema de iglesias en Canadá y artículo sobre ¿Cómo sabotear el apartheid 2.0 de Israel? entre otros temas.
Destaca un informe un informe sobre la persecución y detención de opositores, defensores de derechos humanos y periodistas de cara a las elecciones en Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega.
Lucha Indígena puede ser descargado libremente desde el siguiente enlace:
- https://bit.ly/3wcz1V2 (PDF, 32 páginas)
A continuación reproducimos el editorial:
Son 200 años de república en el Perú, 73 000 díasTal vez valdría la pena darse el tiempo de contar así, a gotas. Porque es la cotidianeidad la que revela las condiciones de vida: vivienda, alimentación, salud, educación, libertad…paz. En los libros de texto los procesos de paz, la atención a los derechos de la mujer, la educación intercultural, la consulta previa, la atención integral de salud, los derechos de la madre tierra y otras maravillas más se cuentan como logros. En el “día a día”, Colombia sufre una violencia (querríamos decir increíble, pero somos pueblos indígenas y las heridas de la historia están muy vivas) repetida desde la conquista, los feminicidios y su apología en los medios espantan, durante la pandemia confirmamos mundialmente que la educación y la salud públicas no existen para nosotrxs, “por hora” invaden, destruyen, contaminan, saquean nuestros territorios. Contaminan el agua impunemente. Nos ofenden con mesas de diálogos que reabren las carreteras y no sirven para nada. Los estados los conforman también los narcos y mafias madereras que nos asesinan, el estado es también la transnacional que alquila policías, que nos quita el agua, que vierte el petróleo; el estado también es el Banco Mundial, el FMI. Por eso, el Estado Peruano celebra su cumpleaños sin invitar a los pueblos. No fuimos invitados a su repartición de nuestros territorios a inicios del siglo XIX, no fuimos invitados a fundar el sistema político corrupto contra el que hoy luchamos y resistimos en Brasil, Colombia, Chile, Guatemala, Canadá, Perú. A pesar que sin duda, en el largo “periodo independentista” del Abya Yala, la participación de los pueblos indígenas fue la que permitió la formación de estos estados. Nosotras y nosotros resistimos en una dimensión muy distinta adentro en nuestras montañas, en nuestras selvas, en nuestras comunidades, en nuestros corazones. El río, la laguna, el apu, el monte son nuestros; vivimos en ellos, nos alegra su existencia, nos desgarra la madre tierra aprisionada, alambrada, esterilizada. Menospreciadas y perseguidos, aún así tenemos nuestra justicia, nuestro orden; nos reunimos para celebrar y para enfrentar juntos las dificultades, recorremos nuestros territorios, saludamos a nuestra madre selva, madre tierra, madre agua. Hemos traído hasta aquí nuestras canciones y remedios. Combatimos íntima e intensamente contra el monstruo que nos aliena incesantemente. Para nuestros pueblos la historia republicana ciertamente ha sido, como decía Scorza, un continuo circular de 5 estaciones: Primavera, Verano, Otoño, Invierno y Masacre. Pero hoy toca, nos debería tocar, una larga primavera en que las estatuas caigan fuera y dentro de nuestros corazones y nuestros pensamientos para siempre, una primavera que destape el horror que nos hicieron vivir en el pasado, que vivimos en el presente, y que se vaya limpiando con el último humo de la rabia. |
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