Rechazan hechos protagonizados en Bogotá por algunos manifestantes, pero también estigmatización general de una de sus formas de trabajo político.
Servindi, 3 de octubre, 2023.- El movimiento indígena colombiano salió en defensa de la Minga indígena ante la estigmatización que viene sufriendo producto de hechos acontecidos en la última movilización en Bogotá.
Afirman que estos hechos, como la presión ejercida por un grupo de manifestantes en la Casa de Nariño, así como el ingreso al diario Semana “no representan a la Minga indígena, ni nuestro pensamiento y palabra”.
“La Minga no es un acto de valentía y calentura coyuntural (…) sino fruto del pensamiento y la orientación de nuestros mayores y mayoras: una mezcla coherente de cuerpo, palabra y espíritu”, indican.
En esa línea, rechazan la estigmatización “que de manera irresponsable se está haciendo en diferentes medios de comunicación de una nuestras formas de trabajo político, como lo es la Minga Indígena”.
Y llaman a los hermanos de la Asociación de Autoridades del Suroccidente Colombiano (AISO), que protagonizaron los últimos hechos, a no abandonar el diálogo para alcanzar la agenda política indígena.
Esto último, sin jamás renunciar a su derecho a la protesta, sin abandonar su norte transformador y sin dejar a un lado su rol como actores políticos que contribuyen formar un mejor país.
Sobre los hechos acontecidos
Como informó Servindi, el 27 de setiembre se registró una movilización multitudinaria en Bogotá impulsada por pueblos indígenas afectados por la violencia de grupos armados en sus territorios.
La marcha por la paz y la vida, así como en apoyo a las reformas impulsadas por el gobierno de Gustavo Petro, fue respaldada por organizaciones sociales, sindicatos, estudiantes y otros.
Convocada como una “Minga indígena”, la movilización congregó a 32 mil personas que colmaron la Plaza de Bolívar el día 27. Al cabo de la jornada, la delegación indígena emprendió retorno a sus territorios.
Sin embargo, hubo un grupo que se desprendió de la minga y se quedó hasta dos días después en Bogotá, protagonizando posteriormente los hechos en cuestión el 29 de setiembre.
Uno de estos hechos fue el intento de ingresar a la Casa de Nariño y el otro la incursión a al diario Semana, hechos que —como se vio líneas arribas— han sido cuestionados por los organizadores de la minga.
Algunos manifestantes que participaron de Minga indígena en Bogotá ingresaron a la sede de SEMANA. Foto: SEMANA
Cuestionable estigmatización
Pese a que los hechos fueron realizados por un grupo que viajaba en una de las más de 60 chivas que llegaron a Bogotá, para los medios capitalinos el “ataque” fue cometido por “los indígenas”, así en general.
Esta forma de estigmatizar a todo un movimiento en un país donde existen 115 pueblos originarios, es observada por el periodista de ascendencia indígena, José Navia Lame en una columna del medio Voragine.
Navia cuestiona que los medios capitalinos culpen del reprochable acto a la Minga, pese a que la minga había levantado su campamento 48 horas antes del parque Tercer Milenio y se había marchado de Bogotá.
“Los señalamientos recayeron, además, sobre el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), aunque quienes irrumpieron en el edificio [de Semana] hayan sido miembros de Autoridades del Suroccidente Colombiano (AISO), un movimiento que mantiene discrepancias históricas con el CRIC”, anota.
Sea como fuese, el asunto que se cuestiona es la estigmatización general a partir de un hecho rechazado a todo un movimiento que a lo largo de los años ha demostrado ser uno de los más organizados del país.
Los indígenas del Cauca se han enfrentado a todos los actores armados, incluso a la fuerza pública y, además, participan de manera permanente en foros e instancias dentro y fuera del país, recuerda Navia.
A ello se suma que históricamente han organizado marchas multitudinarias, a Cali y Bogotá, y se han metido a la selva para liberar a un alcalde secuestrado por las Farc o rescatar los cadáveres de sus hermanos asesinados.
Los indígenas y su expresión política en movilización (la Minga Indígena) es mucho más que lo que muestran los medios capitalinos en Colombia.
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