Foto: Periodistas por el Cambio
En masivas protestas, ciudadanos de 200 ciudades exigieron someter a Bolsonaro a juicio político, así como acelerar el proceso de vacunación y ampliar la ayuda de emergencia.
Servindi, 2 de junio, 2021.- Miles de ciudadanos llenaron las calles de Brasil en masivas protestas contra el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro por su mal manejo de la pandemia del COVID-19.
Distribuidos en más de 200 ciudades, los manifestantes exigieron el último fin de semana someter a juicio político a Bolsonaro, acelerar el proceso de vacunación y ampliar la ayuda de emergencia.
El mandatario de Brasil, el segundo país del mundo más golpeado por la COVID-19, es uno de los principales negacionistas de la pandemia y su gestión es investigada actualmente en el Congreso.
Protestas masivas
Convocadas por las centrales sindicales, partidos de izquierda y movimientos sociales, Brasil vivió el sábado 29 de mayo las marchas más multitudinarias en lo que va de la pandemia.
El reclamo principal de los manifestantes fue contra la política aplicada por el mandatario Jair Bolsonaro para enfrentar la pandemia, el cual cuestionan enérgicamente por sus pésimos resultados.
Brasil es el segundo país del mundo más golpeado por la COVID-19, solo después de Estados Unidos, ya que registra más de 460.000 muertos y 16,5 millones de casos confirmados.
Durante las protestas, la población exigió medidas urgentes para afrontar la pandemia, tales como conseguir más vacunas y acelerar el proceso de inmunización, así como ampliar la ayuda de emergencia.
Otros también pidieron frenar las privatizaciones de empresas estatales y acabar con los recortes presupuestarios en las universidades, como reportó el diario El País.
Investigación en curso
Según este medio, las movilizaciones también buscan desgastar al presidente y acelerar las investigaciones que una comisión del Senado de Brasil inició el 27 de abril contra la gestión de Bolsonaro.
La comisión, integrada en su mayoría por miembros de la oposición, intenta esclarecer si el Gobierno tiene alguna responsabilidad en el descontrol de la crisis sanitaria en Brasil.
Servindi reportó en abril que las conclusiones de la comisión podrían desembocar en un proceso de destitución del mandatario o llevar a la Fiscalía a pedir investigaciones sobre miembros del gobierno.
Por lo pronto, algunas denuncias hechas ante la comisión revelan que el Gobierno demoró la compra de vacunas y actuó sin diligencia ante la falta de oxígeno en el estado de Amazonas.
Además, se ha denunciado que el Gobierno promovió el uso de la cloroquina, un antipalúdico sin evidencia científica para el tratamiento de pacientes con COVID-19.
Cabe señalar que Bolsonaro es uno de los principales negacionistas de la pandemia.
Desde que el virus llegó a Brasil, el mandatario ha minimizado la gravedad de sus impactos y las medidas para contenerla.
El ultraderechista desconfía de la efectividad de las mascarillas; defiende medicamentos sin eficacia comprobada; y rechaza los confinamientos y medidas de restricción para evitar la propagación del virus.
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