División entre comunidades generada por la ampliación petrolera en el Lote 57
Por Yaizha Campanario y Marc Gavaldà (Alerta Amazónica)
14 de setiembre, 2016.- Preocupantes noticias llegan de las riberas del río Tambo. Las autoridades de la Organización de Desarrollo del Pueblo Kakinte (ODPK) han denunciado agresiones y actos de violencia en la C.N. de Tsoroja. El enfrentamiento más violento lo sufrieron el día 8 de agosto del presente año en el marco de la convocatoria irregular a unas elecciones comunales. Ya en la primera convocatoria de las elecciones para junta comunal en Tsoroja, el día 8 de abril, se denunciaron enfrentamientos internos.
Las agresiones, cometidas según denuncian por aproximadamente 70 ronderos armados de la comunidad Asháninka de Poyeni que apoyan al ex jefe comunal de Tsoroja, Yoel Sergio Figueroa, y presionan para que sea reelegido, dejaron diversos heridos, algunos de gravedad, como al Apu Zacarias Sergio Salazar que ya ha denunciado los hechos ante las autoridades competentes de Satipo.
Las tierras en disputa cuentan con la presencia de una de las baterías de la empresa, lo que explica que este conflico tiene mucho más de económico y de ajeno que de un conflicto tradicional entre pueblos o comunidades.
El conflicto interno tiene como origen la disputa territorial entre ambas comunidades, Tsoroja y Poyeni, por unas tierras que se encuentran tituladas para la C.N. de Tsoroja y que Poyeni quiere que le sean cedidas, en base a un acuerdo que existió entre 2 antiguas autoridades pero que no contó nunca con autorización de la comunidad. Las tierras en disputa cuentan con la presencia de una de las baterías de la empresa, lo que explica que este conflico tiene mucho más de económico y de ajeno que de un conflicto tradicional entre pueblos o comunidades. Es importante señalar, que las autoridades kakinte también denuncian que la empresa Repsol apoya a la organización a la que pertenece Poyeni, Central Asháninka del Río Tambo, base de CONAP, con fondos; y que en Tsoroja con quien dialoga y negocia es con el anterior jefe comunal, no con la ODPK, porque les dicen que “molestan y se quejan mucho”.
Tras acudir a las autoridades del Estado en su provincia para conseguir evitar futuros enfrentamientos, La junta electoral provincial del Río Tambo y el Comisionado de Paz se comprometieron a acudir el día 25 de septiembre a la C.N. de Tsoroja para celebrar entonces unas elecciones con todas las garantías. Según informan los kakinte hasta la fecha no han realizado gestiones y les han dicho “que no habrá elecciones porque no hay financiamiento, mal clima y no hay helicópteros”. La semana pasada el presidente y otra autoridad de la ODPK viajaron a Lima para solicitar que se garantice con fondos y compromisos reales la presencia del Estado, incluso con fuerzas de seguridad, puesto que siguen recibiendo amenazas y están seguros que si el Estado finalmente no llega, temen nuevos enfrentamientos y agresiones.
Acorralados en el Lote 57
La comunidad de Tsoroja, quedó acorralada dentro del flamante Lote 57, operado por Repsol en asociación con Petrobras y vinculado al complejo gasístico de Camisea. Es un lote que 611.067.81 hectáreas, en los departamentos de Cusco y Ucayali. Esta concesión, para operar durante 40 años desde 2003, abarca territorio de la Reserva Comunal Asháninka y Machiguenga y limita con el Parque Nacional Otishi. En su interior existen también 19 comunidades, la mayoría machiguengas seis de ellas del pueblo kakinte .El lote 57 limita al sur con los lotes 56 y 58, a los cuales se integrará por una línea de gasoductos para dirigir el gas hacia la planta Malvinas y posteriormente hacia la costa.
Esta concesión, para operar durante 40 años desde 2003, abarca territorio de la Reserva Comunal Asháninka y Machiguenga y limita con el Parque Nacional Otishi. En su interior existen también 19 comunidades, la mayoría machiguengas seis de ellas del pueblo kakinte
En 2006, Repsol inició su primera fase de prospección sísmica 2D con un total de 548 kilómetros con el objeto de definir mejor las estructuras geológicas ya exploradas por Shell, determinar ubicaciones probables de pozos exploratorios y evaluar las técnicas de perforación adecuadas para la estructura. La logística relacionada con los trabajos sísmicos, en un área tan boscosa como remota fue compleja y requirió de la movilización de una gran plantilla, alojada en el Campamento Base de Nuevo Mundo, y tres subcampamentos más. Un total de 26 líneas sísmicas que afectaron al menos 750 km lineales de bosque.
En 2008 perforó su primer pozo con éxito, el Pozo Kinteroni, del cual en 2009 ya declaró haber encontrado reservas comerciales de gas, siendo declarado como uno de los 5 desabrimientos más grandes del mundo. Para el segundo semestre de 2012, Repsol espera iniciar la producción de 5 millones de metros cúbicos diarios. A partir de 2015 proyecta inaugurar una planta con compresión de gas propia en su campamento base, ahora ya convertido en polígono industrial, que se encuentra a escasos metros de las viviendas y escuela de la comunidad machiguenga de Nuevo Mundo. Para interconectar los pozos del lote 57, con los del 56 y 88, Repsol construyó 100 kilómetros de líneas de flujo (gasoductos) en los márgenes del río Urubamba.
Para intensificar la apuesta de industrialización de esta área amazónica, en septiembre de 2012, Repsol anticipaba el hallazgo de gas en un nuevo pozo exploratorio (Pozo Sagari) con estimaciones de contener entre 1 y 2 trillones de pies cúbicos. En Febrero de 2016 se aprobó el Estudio de Impacto Ambiental para el campo Sagari, que afectará directamente a las comunidades nativas de Nuevo Mundo, Kitepampani y Porotobango. Repsol anunció una inversión de 958 millones de dólares para la perforación de dos pozos de desarrollo y otras facilidades para la producción del gas.
Vulnerando al pueblo Kakinte
El pueblo Kakinte, de la familia etnolingüística Arawak, está conformado por aproximadamente mil personas, ubicadas en 6 comunidades alejadas en la pequeña cordillera que separa el río Tambo del Urubamba, en la provincia de La Convención (Cusco) y la provincia de Satipo (Junín).
El aislamiento geográfico, la falta de información oportuna e independiente, la presión territorial de otros pueblos y la falta de titulación de tres de sus comunidades han ocasionado una débil negociación con Repsol YPF, la empresa que convertirá sus territorios en un rentable negocio gasífero.
El aislamiento geográfico, la falta de información oportuna e independiente, la presión territorial de otros pueblos y la falta de titulación de tres de sus comunidades han ocasionado una débil negociación con Repsol YPF, la empresa que convertirá sus territorios en un rentable negocio gasífero. El proyecto de prospección sísmica 2D-3D y perforación de 23 pozos, se encuentra superpuesto en gran parte del territorio de sus comunidades, sin que se haya llevado a cabo la consulta libre, previa e informada debidamente. Las comunidades afectadas son: Tsoroja, San Luis de Corinto, Taini, Pueblo de Dios Maseca, Mangoriari, Kitepampani, que en total aglomeran a aproximadamente 270 familias.
Las amenazas y escalada de violencia que se vive contra el pueblo kakinte apuntan a la correspnsabilidad de Repsol como operadora del lote. La generación de expectativas económicas en la comunidad de Poyeni ha sido utilizada por la compañía, en plena ampliación de actividades en el lote 57, para presionar con artes ilegales al pueblo kakinte. Y la ausencia del Estado Peruano, ante la vulneración de derechos humanos, duele más que nunca.
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