Servindi, 18 de febrero, 2023.- Continuamos la saga de crónicas sobre Coka Kola, el loquito de Celendín, un personaje local cuya situación y peripecias trasciende gracias a la atenta observación de José Luis Aliaga Pereira, quien en esta ocasión presenta a Cachimbo, mascota de Coka Kola.
Coka Kola y el perro que lo ladre
Por José Luis Aliaga Pereira*
18 de febrero, 2023.- El 7 de febrero de 2023 tomé la fotografía que usted aprecia en la pantalla de su celular. Desde esa fecha he imaginado escenas que no terminan de dar vueltas alrededor de una pregunta: ¿Cómo es que firulais llegó a instalarse en una pequeña manta junto a Coca Kola?
Al verlos, lo primero que pensé fue "El Coca Kola, ya tiene perro que lo ladre".
Aunque no soy un onironauta, suelo soñar muy poco. La noche del día que grabé esta fotografía, fue una de esas pocas, diferentes. La pasé muy bien.
El Coka Kola se despertó un poco tarde, a eso de las 8.30 de la mañana. Sentado, estiró sus brazos y, sin hacerse ochos, se desperezó. Cachimbo, así vamos a llamar a su mascota, al ver a su "amo", saltó y meneó el trasero, moviendo la cola. Nuestro loco lo miró con ojos raros, sorprendido. Luego, como si cambiara de parecer, lo acarició balbuceando palabras ininteligibles. Actuaba como si tuviera vergüenza de lo que hacía. Los miré con disimulo mientras trotaba por el parque. Cachimbo, continuaba moviendo la cola sin mirar a los ojos de su "amo". No me puedo explicar por qué Coka Kola lo miró sonriente. Era la primera vez que lo veía sonreír. ¿Acaso los locos no sonríen? Si, creo que sonríen y ríen a carcajadas, hasta que se escuchan, y otra vez se alocan.
Cachimbo, después de recibir el cariño, continuó durmiendo. "Estoy en la calle — habrá dicho—, de aquí nadie me puede botar".
Coka Kola, mal tendió sus frazadas, las arrinconó contra la pared, dejando un espacio para que la gente pueda pasar por la vereda. Lo mismo hizo con Cachimbo que continuó durmiendo pese al brusco movimiento que hizo Coka Kola al acercarlo, con todo y pullos, a la pared.
"Coka Kola ya tiene perro que lo ladre". No pasa de los diez años de humano. Es un perro vagabundo que, seguro, llegó por el parque La Alameda luego de tanto trotamundear. Lo que no puedo imaginar es cómo así se conectaron tan rápido para que Coka Kola comparta parte de su espacio y abrigo. El vecino de la casa de la esquina del parque tiene dos perros que deben conocer de esta llegada porque, éstos, siempre ladran y corren tras cualquier canino que invada su territorio.
Ahora el Coka Kola se ha puesto de pie y, apretándose el pantalón, ha iniciado su periplo por las calles de Celendín.
Cachimbo, confiado él, sigue descansando con el cuerpo enrollado sobre una manta. La hora que despierte agarrará su rumbo incierto y caminará y caminará tras un pedazo de pan, un trozo de carne, si es que haya suerte; o, tras una hembra en celo si es que no hay rival a la vista, por supuesto. Coka Kola, por su parte, buscará descanso cuando ya no haya movimiento ni bulla en las calles y en el momento en que, llegando a su "morada", no encuentre a Cachimbo, posiblemente lo recuerde, tal vez no. O, quizás, imagine que lo del perro que lo ladre, solo sea un sueño y nada más.
Fotos: José Luis Aliaga Pereira
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* José Luis Aliaga Pereira es comunicador y escritor cajamarquino. Es autor del libro “Grama Arisca, cuentos, relatos y anécdotas” y el cuento largo “El milagroso Taita Ishico”. Próximamente publicará "El cazador de viudas frescas y otros cuentos".
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El Coka Kola descansa a la izquierda del Pque. La Alamenda. Foto: Aliaga Pereira
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