Momentos libres con Elisa

“Supe, al escucharla, que por ella ha pasado el tiempo sin  sorprenderla; muy por el contrario la ha templado más, lo sé, para el que vendrá”.

Momentos libres con Elisa

Por José Luis Aliaga Pereira

5 de noviembre, 202.- En estos días, Elisa, estuvo por Sucre, el pueblo que nos vio nacer. La curiosidad, en reuniones virtuales de amigos del colegio, ante su ausencia, hacía que nos preguntemos ¿Cómo estará Elisa? ¿alguien la ha visto? No había respuesta.

Cómo verán, Elisa, luce el pelo corto, de color blanco y negro. Al preguntarle respecto a ello, no se por qué, sentí que era una persona diferente. A pesar de ser la misma era diferente, siempre sospechaba eso, con sus ideas de abogada libre y justa, como le gusta repetir. Supe, al escucharla, que por ella ha pasado el tiempo sin  sorprenderla; muy por el contrario la ha templado más, lo sé, para el que vendrá. Elisa es una mujer calmada, de ojos pequeños y mirada larga. Nos hemos visto después de cinco difíciles años y nuestros pasos han caminado por el sendero que recorrimos la última vez, acompañados de su hermano Segundo, en el 2018. La Totora, Chaquil y el distrito de José Gálvez. Esta vez nos pareció corto y rápido el trayecto, quizás, por culpa del tiempo que amenazaba con llover.

- Y, ¿por qué no te pintas el pelo -le pregunté.

- Una amiga me recomendó hacerlo y también que me estirara las arrugas de la cara. Solo me pinté una vez y nunca más volví a hacerlo. Mi amigo, un pintor y colega abogado, me hizo un retrato. 

Elisa me mostró el retrato en su celular - Esa soy yo -me dice. 

Si, allí estaba ella, sin retoques, con igual mirada e idéntica sonrisa.

Degustamos quesillo con miel y nos despedimos con los deseos de volvernos a ver en la próxima navidad.

El autor con Elisa