
La red «Gas No Es Solución» y 35 organizaciones de la sociedad civil han suscrito una carta en la que piden al Gobierno y a la Unión Europea (UE) que no usen la crisis de Ucrania como «excusa» para producir más combustibles fósiles, en especial gas, que sólo servirán para agudizar la crisis climática. Un dinosaurio gigante clama ante el Congreso de los Diputados: “¡Basta ya del lavado verde a los combustibles fósiles!”.
Servindi, 27 de abril, 2022.- Una carta abierta suscrita por organizaciones de la sociedad civil pide a los representantes políticos no usar la guerra de Ucrania como excusa para aumentar la dependencia de los combustibles fósiles sin importar de donde provengan.
La red Gas No Es Solución recalca que el gas y la energía nuclear “de verde no tienen nada” y que aprobar la nueva propuesta de taxonomía europea “supondría facilitar la financiación de los combustibles fósiles hasta 2050”.
La carta, firmada por más de 35 organizaciones de la sociedad civil, recoge la urgencia y necesidad de reducir el consumo energético drásticamente en los próximos años y dejar los combustibles fósiles bajo el suelo.
Si no se aplican adecuadamente los instrumentos de los que se está dotando la Unión Europea, estos podrían consolidar la dependencia a los combustibles fósiles en lugar de avanzar hacia una transición energética justa, indican.
En su lugar, proponen el incremento de la eficiencia energética, la reducción de la demanda, la protección de las personas en estado de vulnerabilidad a través de una tarifa social para la energía y los suministros básicos.
Asimismo, la prohibición de la publicidad y los patrocinios de las empresas de combustibles fósiles, y el aumento de la ambición climática.
Manifestación ante el Congreso de Diputados
Activistas de Ecologistas en Acción, la campaña estatal No a los Tratados de Comercio e Inversión y otras organizaciones ambientales denunciaron el “lavado verde” o greenwashing ante el Congreso de los Diputados.
Con un dinosaurio hinchable de 10 metros de ancho y siete metros de alto, formado por piezas de distintas infraestructuras fósiles, afirmaron que la era de los combustibles fósiles “tiene que llegar a su fin” exclamaron el 26 de abril.
Leyeron un manifiesto en el que denunciaron el lavado verde que se ha instaurado como la nueva fórmula de negocio de las grandes compañías que nos han abocado a la situación actual de emergencia climática.
Ante la emergencia sanitaria, ambiental y social mundial actual debemos dar paso a una transición energética justa en la que ninguna forma de “lavado verde” tiene cabida.
Tras el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), queda de manifiesto que se necesitan cambios sistémicos profundos para afrontar la reducción de emisiones que se requieren.
Es más necesario más que nunca aumentar esa ambición climática a nivel europeo.
A través de un flashmob y al ritmo de una versión de la canción “Chica ye-ye”, las activistas denunciaron tres piezas del mismo puzzle: la nueva propuesta sobre la taxonomía verde de la UE, la modernización del Tratado de la Carta de la Energía (TCE) y el impulso de nuevas infraestructuras gasistas en el contexto de guerra.
En cuanto a la modernización del TCE, que se prevé que finalice en junio de este año, han recalcado que “este proceso no es lo suficientemente ambicioso”.
Piden la salida inmediata del tratado, ya que supone un obstáculo para la mitigación del cambio climático. Una afirmación que, por primera vez, ha sido respaldada por el IPCC en su último informe.
Seguirán las acciones
La iniciativa se enmarca en una acción más amplia que recorrerá ocho ciudades europeas. Tras el pistoletazo de salida en la vecina Lisboa el domingo 24 de abril, el dinosaurio gigante ha continuado su paso por Madrid.
Luego realizará una parada en Barcelona el jueves 28 de abril frente a la delegación de la Comisión Europea (Paseo de Gracia–Provença).
Durante mayo pasará por Viena, Berlín, Praga, Bruselas y Luxemburgo, con el objetivo de exigir el fin de la era fósil y la salida inmediata del TCE debido a su impacto en las políticas climáticas.
Carta abierta de la sociedad civilEstimado/a representante, El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) concluye que la ventana para evitar impactos climáticos verdaderamente catastróficos se está cerrando rápidamente. El informe establece con claridad que son los países más industrializados quienes con mayor esfuerzo y rapidez deben realizar reducciones profundas de gases de efecto invernadero para evitar sobrepasar el 1,5 ºC. Con este objetivo, los escenarios climáticos compatibles con el Acuerdo de París reflejan que las emisiones deben reducirse a la mitad en 2030 y alcanzar la neutralidad en torno a 2040. En este contexto, la red Gas No Es Solución y las organizaciones abajo firmantes han considerado de vital importancia expresar que las sanciones y medidas tomadas por la Unión Europea y el Estado español en el contexto de la guerra en Ucrania no pueden convertirse en una excusa para incrementar la dependencia de los combustibles fósiles sin importar de donde provengan. La necesidad de reducir el consumo energético drásticamente en los próximos años y dejar los combustibles fósiles bajo el suelo es una llamada a la conciencia global para afrontar un problema sistémico con profundas raíces sociales, económicas, políticas y culturales. Si bien es necesario reducir la dependencia de carbón, petróleo, gas y nuclear de Rusia lo antes posible, no se debe hacer a costa de aumentar las explotaciones fósiles en otras partes del mundo, ya que, además de las consideraciones climáticas, muchas veces financian otros regímenes autocráticos. Los instrumentos de los que se está dotando la UE, como la hoja de ruta REPowerEU o el reciente acuerdo con EE UU (Task Force on Energy Security) para aumentar el suministro de gas natural licuado (GNL), si no se aplican adecuadamente podrían consolidar la dependencia a los combustibles fósiles en lugar de suponer un avance considerable para la transición energética justa. Cualquier expansión de las infraestructuras de combustibles fósiles nos alejará de la última oportunidad de evitar el caos climático, y continuará con las décadas de daños causados a las comunidades que viven cerca de los pozos de gas de fractura hidráulica o fracking, generando las llamadas zonas de sacrificio. También se producen impactos en las poblaciones cercanas a las infraestructuras de GNL, los gasoductos y las terminales de exportación e importación. Por otro lado, es necesario resaltar que las infraestructuras gasistas no son una solución a corto plazo, ya que pueden tardar años en entrar en funcionamiento, desviando recursos de las inversiones que realmente ayudarán a reducir rápidamente la demanda de gas, como la eficiencia energética, la electrificación, la promoción de las energías renovables, el impulso al autoconsumo y a las comunidades energéticas. Para justificar esta inversión en el largo plazo se habla de la necesidad de que esta infraestructura sea compatible con el hidrógeno renovable, pero ni las redes gasistas europeas están listas para transportar hidrógeno ni este es todavía competitivo ni eficiente de producir (y puede que nunca lo sea del todo). El hidrógeno renovable no puede convertirse en una falsa coartada que fortalezca el papel del gas fósil y la inversión en más infraestructuras innecesarias. Por ello, no debe considerarse como una solución climática a gran escala. Ante la emergencia sanitaria, ambiental y social mundial en la que nos encontramos, la Unión Europea y el Estado español deben implementar soluciones coherentes que aceleren la acción climática, y que no pongan en peligro el camino ya recorrido, evitando por todos los medios la expansión de las infraestructuras de combustibles fósiles, la energía nuclear y otras falsas soluciones que se están planteando estos días. En su lugar todos los esfuerzos deben ir dirigidos a:
Una mirada exclusivamente económica y de corto plazo no puede prevalecer frente a la magnitud de los retos que se nos presentan. La declaración de Emergencia Climática por parte del Estado español el 21 de enero de 2020 no debería olvidarse. Y, tras las conclusiones del último informe del IPCC queda claro que el tiempo se agota. Por ello, la acción climática debería colocarse como prioridad en el panorama político, social y mediático. Hoy más que nunca, se evidencian las costuras de un sistema energético que es todavía excesivamente dependiente de los combustibles fósiles y que amenaza y vulnera los derechos y la seguridad de las personas. Atravesamos un momento crucial en el que es necesario acelerar la transición energética justa y la reducción del consumo energético sin dejar a nadie atrás. Por todo ello, la sociedad civil planteamos nuestra disposición a participar en la construcción de soluciones sociales y medioambientalmente sostenibles, ya que el momento para la acción transformativa es ahora o no será. Organizaciones firmantes
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