Servindi, 21 de enero, 2024.- De hito histórico es calificado el reconocimiento como “pueblo originario preexistente” de la comunidad Ctalamochita perteneciente al pueblo Comechingón.
“Es para nosotros un hecho histórico”, dijo Héctor Tulián, casqui curaca de la comunidad integrada por aproximadamente 60 familias que habitan en Villa Nueva y Villa María.
Se trata de una de las cuatro comunidades que habitan el territorio de la provincia de Córdoba que recibieron de parte del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) la carpeta técnica de relevamiento territorial.
Ello, después de haber cumplido los requisitos establecidos en la Ley Nacional 26.160 informó El Diario del centro del país el domingo 21 de enero.
Las otras comunidades reconocidas son la de La Toma, en Córdoba Capital, también del pueblo Comechingón; la de Miramar de Ansenuza, del pueblo Sanavirón, y la Del Campillo, al sur de Río Cuarto, que forma parte del pueblo Ranquel.
Es decir, hay tres pueblos nación reconocidos: Comechingón, Ranquel y Sanavirón, y cuatro territorios comunales, precisa El Diario del centro.
Están identificados como “comunidades urbanas”, esto quiere decir que no son las que viven de lo que produce la tierra, sino las que están insertas en las ciudades.
El cacique Tulián explicó que “hace dos años vinieron del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, conjuntamente con el INAI, a realizar un relevamiento territorial de la comunidad”.
“Después de analizar todo, el martes 16 de enero de 2024 ocurrió el hecho histórico, cuando recibimos la carpeta con el reconocimiento formal a nuestro territorio ancestral”, dijo.
“Los efectos son muchos, porque implica el acceso a los derechos como comunidad. Podemos, por ejemplo, reclamar un lugar donde hacer nuestras ceremonias o bien, un espacio para tener la huerta comunitaria con nuestros cultivos.
“Pero, fundamentalmente, nos visibiliza como pueblo preexistente y nos pone en el mapa de los pueblos originarios”, remarcó.
La historia
Las familias comechingonas llegaron a los márgenes del río Ctalamochita debido a la persecución que sufrieron en los años de la campaña del desierto.
Ellos provenían de la zona de sierras pero fueron desplazados por los conquistadores con Jerónimo Luis de Cabrera a la cabeza.
Hace 300 años llegaron a Villa Nueva y se radicaron en la zona norte, cerca del camino real.
“Al sur, para el lado de Chazón, había una comunidad de los indios pampa”. También había otra comunidad, hoy inexistente, en la zona de la estancia de Yucat explica el cacique.
Fueron los comechingones los que le dieron el nombre al río Ctalamochita, que les dio vida en esos primeros años de asentamiento en la región. Ese nombre, traducido al español, tiene dos acepciones: “colorido” o “canto de los pájaros”.
“Acá nos desarrollamos y en la actualidad, somos 60 familias: los Tulián en Villa Nueva y los Maldonado en Villa María”, precisó Héctor Tulián.
Un detalle que no pasó desapercibido por la gente del INAI es que la comunidad de Villa Nueva fue la única del país que tenía dos casqui curaca: un varón y una mujer.
Hoy queda solo Tulián, pero se registró como un hecho histórico la jefatura de una mujer.
Recordó que, durante años, ocultaron la identidad de ser parte de pueblos preexistentes para evitar persecuciones y discriminación.
Hoy, con orgullo, pueden visibilizar la identidad y procuran transmitir de generación en generación las ceremonias propias, como las de los nacimientos o los fallecimientos, la danza del fuego o de la lluvia.
“El único ceremonial que se muestra al público es el de la Pacha Mama, las otras son de las familias, por lo sagrado que representan”, dijo.
Tulián integra el Consejo Provincial Indígena, que funciona en la Secretaría de Derechos Humanos, perteneciente al Ministerio de Justicia.
Valoró que la comunidad tiene una activa labor social. “Entregamos más de 100 becas para los estudios secundarios de los descendientes y acompañamos el festejo del carnaval porque parte de la identidad de nuestro pueblo tiene que ver con la música y la danza”.
Descendiente de Francisco, el cacique
Los comechingones habitaban el lugar conocido como “Tay Pichin”, que traducido al español significa “pueblo lindo”. Es lo que hoy se conoce como San Marcos Sierras.
El área fue entregada en el siglo XVI en encomienda a los conquistadores. En el siglo XVII, se instalaron los jesuitas y construyeron la iglesia de San Marcos, lo que posteriormente dio lugar al nombre del pueblo.
Las explotaciones agrícolas del lugar fueron abandonadas por los sucesivos encomenderos y entonces las comunidades aborígenes solicitaron la devolución de sus tierras.
El Marqués de Sobremonte accedió y el 17 de marzo de 1806 el cacique Francisco Tulián tomó posesión de las parcelas, lo que representó un hecho inusual en la historia de las conquistas.
“Dicen que nuestros antecesores se ocupaban de estudiar mucho y que eran hábiles negociadores”, cuenta Héctor, quien es descendiente en octava generación de aquel recordado cacique.
En el Archivo Histórico de la provincia está escrito que era “muy difícil conquistar al pueblo Comechingón” porque eran “muy sabios y guerreros”.
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