
Las recientes observaciones críticas del sector Transportes y Comunicaciones se añaden a las formuladas por el Sernanp, el Ministerio de Cultura, la academia, los pueblos indígenas, los armadores pesqueros y la sociedad civil. A este paso solo queda la revisión y anulación de un contrato que hace agua por todas partes, salvo que existan poderosos intereses de por medio aún ocultos a la opinión pública.
Servindi, 21 de setiembre, 2019.- Insuficiencias y vacíos técnicos en el Estudio de Impacto Ambiental detallado del proyecto Hidrovía Amazónica encontró el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) quien formuló sus observaciones técnicas mediante un informe sectorial.
El documento que recoge la opinión técnica del proyecto(1) contiene las observaciones de la Dirección de Asuntos Ambientales, la Oficina de Diálogo y Gestión Social, la Dirección de Políticas y Regulación del Transporte Multimodal y la Dirección de Programas y Proyectos de Transportes.
El principal cuestionamiento coincide con las preocupaciones expresadas por las organizaciones indígenas: el dragado de los ríos. Y es que el informe del MTC admite que el estudio presentado por Cohidro no precisa el número, el volúmen ni las zonas de dragado.
Esta observación es sumamente preocupante pues hasta hace poco funcionarios del MTC alentaban y justificaban la idoneidad del proyecto ante las comunidades y autoridades locales.
Lo cierto y real, es que el sector Transportes ahora suma sus opiniones críticas a las de otras instituciones públicas y privadas que han puntualizado los vacíos, inconsistencias y deficiencias técnicas del proyecto Hidrovia Amazónica.
Las debilidades del proyecto son tan grandes e injustificables que influyentes medios periodísticos de orientación conservadora y pro inversión se han visto obligados a difundir sendos reportes críticos como el caso del diario El Comercio y Radio Programas del Perú (RPP).
Factor clave: ausencia del EDI
Una de las principales observaciones del MTC es la ausencia del Estudio Definitivo de Ingeniería (EDI), que debería contener la información final sobre el número de "malos pasos" o zonas en que los ríos presentan poca profundidad.
La ausencia del EDI tampoco permite detallar y conocer los volúmenes y procedimientos del dragado, actividad prevista para remover rocas, sedimentos y tierra a fin de facilitar el traslado de embarcaciones.
El MTC también pide al concesionario detallar los criterios técnicos para definir la ubicación de los puntos de disposición final del material dragado, algo que es imposible de lograr sino se tiene el EDI terminado.
Según la asociación DAR, se trata de una ausencia clave "porque hasta el momento el informe del EDI no se ha hecho público, siendo un pedido de sociedad civil desde hace más de un año".
De acuerdo a su análisis del EIA, DAR opina que las zonas definitivas de dragado se deben sincerar "ya que los impactos sociales y ambientales del proyecto, así como las medidas necesarias para mitigarlos, variarán de acuerdo al número y ubicación de estos componentes”.
Cabe detallar, que recientemente el viceministro de Transportes admitió que el número de ´malos pasos´ se habría incrementado en un 50 por ciento respecto de los identificados en el EIA (2), es decir actualmente serían por lo menos 19.
Si bien el EIA de Cohidro propone al respecto un “Protocolo de intervención de nuevos malos pasos” ante cualquier mal paso adicional que surja durante el periodo de concesión, el MTC opina que no es viable su aplicación.
Potenciales impactos no registrados
El MTC observa además que no se han identificado impactos potenciales significativos como la posible presencia de arsénico en los sedimentos o los impactos ocasionados por el tránsito de las embarcaciones.
Tampoco se enfoca en los impactos de la población en el área de influencia directa y, en particular, en las actividades económicas que tendrían mayores pérdidas económicas a consecuencia de los impactos ambientales.
Como si fuera poco, el MTC también observa que la Estrategia de Manejo Ambiental (EMA) presentada por Cohidro debería ser ampliada y desarrollar con mayor detalle técnico sus planes y programas.
Entre ellos, el sistema de alerta temprana para identificar la presencia del mijano, y describir los medios de verificación de las medidas de prevención, mitigación o corrección que correspondan.
De igual modo, el MTC propone una nueva estructura del Comité de Vigilancia y Monitoreo, y sugiere que deben ser seis los comités en lugar de uno solo, entre otros cambios.
Los cuestionamientos del MTC se suman a los que presentó el Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (Sernanp) y el ministerio de Cultura y a numerosas críticas del sector académico y sociedad civil.
Sin duda, el estudio de impacto ambiental del proyecto Hidrovía Amazónica es tan endeble que amerita una revisión completa y la nulidad del contrato de concesión, o, por lo menos. la eliminación del dragado como actividad de alto riesgo de un proyecto que hace agua por todas partes.
Referencias:
(2) Declaraciones dadas por el Viceministro de Transportes Carlos Estremadoyro, el 10 de setiembre en la sesión de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso. Ver también: https://gestion.pe/
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