Servindi, 12 de noviembre, 2023.- Los indígenas defensores del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) alertan sobre el ingreso de la minería ilegal al territorio del área protegida.
Esta nueva amenaza se suma a la principal que representa el avasallamiento de los llamados “interculturales” que buscan depredar el Tipnis mediante el proyecto gubernamental carretera Villa Tunari - San Ignocio de Moxos.
El Tipnis es un territorio que tiene doble estatus de protección: es un Área Protegida y además una Tierra Comunitaria de Origen (TCO) donde habitan los pueblos indígenas Yuracarés, Chiman y Mojeño-Trinitario.
Carreteras no, caminos vecinales sí.
A fines de setiembre, la Gobernación de Cochabamba, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y otras instituciones visitaron la comunidad Fátima de Moleto, en el Tipnis.
En la visita, las autoridades recibieron los pedidos para que se atienda las necesidades de educación y salud, pero no a través de una carretera o vía troncal, sino a través de vías o caminos vecinales de conexión intercomunal.
Y es que se trata de dos modalidades mus distintas de conexión vial. La carretera troncal que propone el gobierno destruye el bosque y abre espacios para la colonización de foráneos mal llamados “interculturales”.
En cambio los caminos vecinales son controlados por las propias comunidades y les posibilitan mejorar su acceso a servicios básicos como salud, educación y defensa territorial.
Los caminos vecinales deben beneficiar a ocho comunidades del Tipnis, entre estas: Santa Rosita, San José de Angosta, 3 de Mayo, Carmen, Puerto Pancho, San Juan y San Jorgito.
En la reunión con las autoridades los indígenas fueron elocuentes en sustentar la necesidad de mejorar los caminos vecinales. Un caso clamoroso es el tema de salud.
Para algunos pobladores trasladarse a un centro de salud más cercano puede implicar varias horas y a veces más de un día para algunos. En época de lluvias la situación se vuelve peor debido al aumento del caudal del río.
El tema educativo es otra razón importante debido a que los maestros no acuden con regularidad al territorio o es difícil brindar material escolar a los niños y niñas, lo que genera un perjuicio en su formación.
Son por este tipo de razones que los indígenas apuestan por los caminos vecinales para mejorar su calidad de vida y fortalecer la comunicación entre ellos.
Mucho más ahora que enfrentan a una nueva amenaza, la minería, y hallan en la organización comunal una forma de resistencia.
Huellas mineras
Los indígenas del Tipnis encontraron el letrero de una empresa minera en medio de la selva. Foto: Nicole Andrea Vargas / Opinion
Una piedra con la inscripción “Cooperativa Minera Evangélica Tres Tetillas” y objetos botados en medio de la selva fueron algunos de los indicios que le demostraron al Sernap la presencia de una empresa de minería dentro del Tipnis.
“La gente habla de Tres Tetillas. Le decían la ‘Santa Tierra’ porque hay riqueza”, comenta un indígena.
El Sernap llevó adelante una inspección del territorio junto con los indígenas a través de un sobrevuelo, donde observó varias actividades que alertaron sobre esta actividad ilegal.
“Hace tiempo encontramos unos compañeros que estaban subiendo al cerro, que eran hermanos (evangélicos), y estaban yendo a peregrinar, a rezar”, contó el director del Sernap, Diego Vidal.
En aquella ocasión les dijeron a estas personas que no se podía hacer ninguna actividad en el parque porque debían consultar primero y obtener algún tipo de permiso.
“Por más que la actividad sea religiosa, este es un territorio indígena. Y nada nos garantiza que ustedes van a hacer otra cosa”, le dijo Vidal a las personas que se encontró aquella vez.
Afirma que, en diferentes ocasiones, pudo evidenciar que varias personas intentan ingresar al territorio asegurando que se trata de alguna actividad religiosa. Por lo tanto, comenzó a llamarle la atención.
Los técnicos del Sernap revisaron si la empresa minera “Cooperativa Minera Evangélica Tres Tetillas” estaba registrada oficialmente con ese nombre y tenía el permiso para operar en el país pero no hallaron nada.
Algo que presumen las autoridades es que esta “empresa minera” no es otra cosa que un grupo de personas que se unieron con el objetivo de iniciar la explotación de oro de forma ilegal dentro del Tipnis.
Sobre el tema, el cacique Hernán Suárez afirmó que hay empresas privadas que están ingresando al parque con fines ilícitos.
Sostiene que tienen acuerdos previos con la Gobernación y el municipio de Villa Tunari para hacer otro sobrevuelo por el territorio; sin embargo, aún no se han llevado a cabo.
“Queremos que se forme esa comisión interinstitucional para hacer el sobrevuelo, especialmente en la zona de San Pedro, en la cabecera de Fátima de Moleto”, insiste el cacique.
Acuerdos incumplidos
Árboles caídos en el camino de ingreso a Fátima de Moleto, en el Tipnis. Foto: Nicole Andrea Vargas. Fuente: Opinión.com.bo
Luego de varias horas de debate con la comitiva de autoridades los representantes indígenas acordaron que la segunda semana de octubre comenzarían los trabajos para abrir las vías vecinales correspondientes.
Sin embargo, hasta la fecha no se empezó la actividad, señalan los indígenas, quienes se quejaron de que los comunarios interculturales utilizan maquinaria pesada para abrir vías troncales y que les impiden usarlas para los caminos vecinales.
El acuerdo adoptado habría sido que la Gobernación pone la maquinaria y el municipio (Villa Tunari) pone el combustible. Pero luego de dos reuniones más el acuerdo aún no se firma y menos los trabajos empezaron.
Los defensores del Tipnis han llevado una épica batalla que les ha permitido mantener la intangibilidad del Parque Nacional y hacer prevalecer sus derechos como propietarios de su Tierra Indígena Originaria (TIOC).
Ahora la amenaza principal es el avasallamiento de los “interculturales” y el progresivo avance de la minería. Estaremos atentos.
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Con información de Opinión.com.bo y Cemda.org
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