“Es lógico que un personaje con estas características se hiciera wayki, socio y confidente de la presidenta con sus astronómicos regalos a cambio de millonarias partidas presupuestales para apuntalar su poder en la región”.
Por Rodrigo Núñez Carvallo*
12 de abril, 2024. Un humilde chico de Cangallo fue rescatado de la pobreza por un buen hombre, el dirigente velasquista Mariano Benitez, que lo prohijó y le dio cobijo en la afiebrada Lima. Tras los avatares propios de un joven migrante, terminó trabajando con José Poblete Vidal, dueño de tragamonedas, Inversiones Palace y salas de juego Bingo Star. Milagrosamente el muchacho se hizo imprescindible en la empresa y ascendió a gerente general en 1992. Años después Poblete se enfrentó a múltiples problemas judiciales y se cerró la empresa. Pero antes transfirió muchos activos y el know-how lúdico al “eficiente” cangallino. Ni corto ni perezoso el “emprendedor” no tardó en abrir su propio establecimiento en La Colmena en 1997 y desde allí hizo una meteórica carrera en el sector de la timba, con la razón social Oscorp, que manejaba toda una cadena de locales en el centro y en Lima norte. Con el tiempo amplió el ramo de sus actividades. Se convirtió en administrador de las firmas Constructora Wong, G & O, Royal Garden, Sun Inversiones y Wari Inversiones. Su crecimiento fue vertiginoso. Tanto en su caso como en las empresas de Rosemberg que Keiko apañaba, los casinos y tragamonedas han sido el más expeditivo método de lavado de activos desde 1990. La oscuridad del negocio y la falta de fiscalización hacen fácil limpiar la plata sucia.
Se calcula que su fortuna por entonces alcanzaba los 200 millones de soles, unos sesenta palos verdes para entendernos, atesorados en apenas década y media. Una vez llenos los bolsillos dio paso a sus ambiciones políticas. Se afilió al partido de Acuña, de similar trayectoria moral, y hacia el 2010 recorrió todo Ayacucho repartiendo dólares en relucientes billetes entre los más pobres de la castigada región. Obviamente ganó, a pesar de las denuncias del delito de dádivas, que fueron rápidamente anuladas a punta de rólex regalados a dos miembros del jurado electoral.
Sus malos manejos comenzaron a aparecer pronto. En el 2015 fue acusado de corrupción por simular una emergencia para comprar maquinaria por 22 millones de soles, sin licitación, Al año siguiente fue condenado en dos instancias a 5 años de prisión efectiva, pero escapó de la justicia y pasó a la clandestinidad, inaugurando el libreto que después ha utilizado Cerrón. Estuvo en la lista de los delincuentes más buscados, incluso se llegó a pedir 50 mil dólares por su cabeza, pero al cabo de nueve meses fue detenido caminando por una calle miraflorina. Pasó casi un año en prisión y con artes mágicas logró su liberación. Una sala de la Corte Suprema presidida por el tremendo vocal Villa Stein en sentencia de Casación anuló los cargos y Oscorima muy orondo volvió a presidir el gobierno regional, donde había dejado a un incondicional para conducir los “negocios”...
Luego hizo su propio movimiento llamado Rumillacta, rebautizado poco más tarde como Wari Llacta, reclutando bolsones fujimoristas, Él mismo se ha encargado de revelar su aprecio por el ex-dictador. De hecho, muchos dirigentes como la cambista Esperanza Pérez que es la presidenta del movimiento, proceden de esas canteras. Pero también afinó una vasta red de opacas relaciones con “emprendedores”, constructores, operadores mediáticos, la narco-burguesía local para hablar con propiedad, y hasta sectores lúmpenes convertidos en sus aparatos de choque y disuasión. ¿Se imaginan las vastas ganancias ilegales que debe generar el VRAEM en complicidad con militares y policías? Todo ello ha dado origen a un “sub-capitalismo de la vaina”, informal y negro que necesita de las instituciones estatales para legitimar sus actividades, afinar el lavado y lograr impunidad, y que Oscorima encarna y representa a la perfección.
Su vida personal también es tan desmedida como su megalomanía. Se ha casado cinco veces y tiene quince hijos de doce mujeres diferentes. Su cuarta esposa para lograr el divorcio lo acusó de infidelidad y tráfico de drogas. Tiene además denuncias por acoso, ya que quiso comprar fotos íntimas de una joven de 23 años ofreciendo ocho mil soles.
En el 2022 y con los mismos métodos, el potentado cangallino volvió a ganar las elecciones. Desde entonces su historia es conocida. Más de 160 denuncias, investigaciones y juicios por los delitos de cohecho, negociación incompatible, contra la administración del Estado, lavado de activos y hasta prostitución. Sí, tenía casas de tolerancia entre sus múltiples negocios.
Es lógico que un personaje con estas características se hiciera wayki, socio y confidente de la presidenta con sus astronómicos regalos a cambio de millonarias partidas presupuestales para apuntalar su poder en la región. Ello configura el delito de soborno pues la versión de que eran joyas y relojes en préstamo es inverosímil. El fin parece haberles llegado a ambos personajes que se juntaron tras el apoyo a las matanzas del Sur. Cayeron en las redes de la ostentación y el exhibicionismo, común a tantos poseedores de fortunas fáciles y mal habidas. ¿Qué complejos personales y sociales los llevarán a delinquir y a mostrar el fruto de lo delinquido? Dina mostrando alhajas que jamás hubiera imaginado poseer, y Oscorima haciendo aspaviento de su carnaval de rólex y signos de riqueza como sus once propiedades, sólo en Lima, y catorce autos de alta gama, entre ellos un mercedes GLC Coupé de 200 mil dólares con el que acudió a la fiscalía, para responder a las acusaciones por corrupción. Gajes del bajo mundo.
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* Rodrigo Núñez Carvallo es un escritor nacido en Lima en 1953. Estudió en la Universidad Católica y ha publicado La comedia del desierto (2002), Sueños Bárbaros (2010) y prepara un libro de cuentos, El tren de la memoria, y una novela histórica sobre Raúl Porras. A lo largo de estos años ha venido publicando cuentos y crónicas en el semanario de César Hildebrandt. Núñez también cultiva la pintura y el dibujo.
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