La indignación del pueblo, y en especial de la juventud, es total frente a la forma nauseabunda como la decrépita clase política hace de las suyas en el manejo del país.
Contra lo que muchos piensan (suponemos ahora que pensaban) la juventud está atenta, despierta, mucho mejor informada de lo que los adultos suponen, sobre lo que ocurre en el país.
La vacancia presidencial por una votación mayoritaria para que fuerzas oscuras busquen mejores condiciones para manejar la cosa pública a favor de sus protervos intereses colmó la paciencia de la ciudadania.
La explosión de la protesta social en el país, y de peruanos en el extranjero, no debe sorprender a nadie. Es una indignación justa y necesaria que bien orientada debe producir cambios sustanciales en el país. En esto, son los propios ciudadanos/as quienes tienen la palabra y la propuesta.
Compartimos algunas de las imágenes registradas por Iván Herrera, miembro del equipo de Servindi, quién nos entrega una muestra de la indignación juvenil en las calles, que no está dispuesta a tolerar la corrupción, el abuso del poder y que nefastos personajes hablen y decidan en nombre del país.